Viejo San Juan: La colorida cápsula del tiempo de Puerto Rico
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El Viejo San Juan es donde la historia y el encanto caribeño se fusionan. Con sus calles adoquinadas, edificios de colores pastel y vistas al mar, la ciudad es una postal viviente que puedes recorrer a pie.
Pasear por las calles
¿La mejor manera de ver el Viejo San Juan? Piérdete. Cada calle te sorprende con colores vibrantes, balcones floridos y patios escondidos llenos de vida.
Explora los fuertes
Las imponentes murallas de El Morro y el Castillo de San Cristóbal han protegido la ciudad durante siglos. Hoy, son el lugar perfecto para disfrutar de impresionantes vistas del océano o unirse a los lugareños que vuelan cometas en los verdes campos.
Pasea por el paseo marítimo
Sigue el Paseo de la Princesa al atardecer para disfrutar de uno de los paseos más mágicos de la ciudad. Finaliza en la Fuente de las Raíces, donde se alzan figuras de bronce con el mar como telón de fondo.
Saborea Puerto Rico
La comida está en todas partes: alcapurrias crujientes, mofongo abundante y, por supuesto, la icónica piña colada, nacida aquí mismo en San Juan.
Vida nocturna y música
Al caer la noche, la ciudad se ilumina. La salsa inunda las plazas, los bares en las azoteas ofrecen cócteles de ron y las calles vibran al ritmo de la música.
¿Por qué ir?
El Viejo San Juan no es solo una parada: es el alma de Puerto Rico, envuelta en historia, color y música.